El tema de Medicina fetal, a mi
entender, puede analizarse desde varios puntos de vista:
1. Según el Impacto en Costos
Hospitalarios y Sociales por el desarrollo de patologías fetales.
2. Según la Concepción de Calidad de Control
Prenatal en relación al desarrollo técnico científico de la medicina.
3. Según el Impacto psico emocional a la pareja y a su entorno social
que genera la pérdida de la normalidad fetal.
En
este sentido, en primer lugar debemos establecer que implica, que comprende o
como definimos MEDICIN FETAL.
En sentido extrapolable a la medicina en cualquier población, debería entendérsela como aquélla que no solo diagnostique y trate patologías fetales, de causa primaria o secundaria; sino también prevenga, pronostique y de la mayor seguridad de normalidad, usando tecnologías de alcance universal y de demostrada eficacia. Es así que no habría Medicina fetal sin paciente y debe por tanto concebirse al feto como tal y empezar a darle la mayor importancia que incluya además la promoción de su salud.
Así entendida, deberíamos hacer
un análisis crítico situacional de la Medicina Fetal en nuestro país versus
el resto del mundo, en especial comparándola
con los países en donde se ha logrado el mayor desarrollo y difusión. ¿Cuántas áreas o unidades de medicina fetal organizadas
y equipadas existen en nuestro país?. ¿Cuán publica es la medicina Fetal? ¿Cuánto
conoce la población o el personal de salud al respecto?. ¿Qué tan capacitados
están nuestros recursos y equipadas nuestras instituciones de salud para
implementarla?. La realidad en general está acorde con el contexto del
desarrollo como país. La medicina fetal es inaccesible para gran parte de la
población gestante y es reflejo de la misma exclusión para el sistema ordinario
de salud.
Por tanto, si hasta ahora no se conoce
bien sus implicancias o campo de acción, y no se ha hecho un consenso público o
privado al respecto, mucho menos se tendrán áreas o unidades bien establecidas
estructural o funcionalmente. Por tanto el trabajo es duro más no imposible. Esto tiene que ver con una política nacional
pública o privada que aborde específicamente esta no tan novedosa disciplina y
también con el grado de desarrollo de las sociedades en cultura, instrucción y en el empoderamiento para exigir y fomentar
la calidad en salud. Y a mi entender, debe constituir también un indicador de
evolución del hombre y de la humanidad puesto que se están brindando las
posibilidades para dirigir la formación, la vida y el desarrollo óptimo del ser
humano tan cerca a su concepción y poder intervenir ante el desmedro de la
supervivencia y de la capacidad
intelectual y productiva de las sociedades.
Si un sistema de salud conociera y
considerara costos relacionados con estancia hospitalaria, tratamientos y recuperación
de morbilidades (algunas prevenibles
como los defectos del tubo neural; gastrosquisis, hidrocefalias, morbilidades
asociadas a pre eclampsia, etc) se propondría realizar los máximos esfuerzos
por prevenir o detectar precozmente coordinando intervenciones prenatales oportunas
y preocuparse por dotar a los servicios de salud de un sistema óptimo que
alcance al feto.
Por otro lado, nuestro sistema de
salud y la misma población no tiene una concepción de calidad de control
prenatal semejante a la de otras naciones, y tampoco ha reparado en ampliar o
actualizar los criterios de una vigilancia prenatal óptima. No hay programas de tamizaje antenatal de patologías que permita una detección precoz de alteraciones
en el feto y la gestante. Además, el
tema de seguridad de normalidad o de que el feto está desarrollando estructural
y funcionalmente normal no es de acceso general. Si analizamos crudas
realidades de vigilancia prenatal, a muchas de las gestantes no se les ha
realizado una evaluación minuciosa del feto, y la normalidad posnatal más está
en relación a la frecuencia baja de patologías fetales y cuestiones de azar más
que a la correlación con una evaluación ecográfica "compleja o
minuciosa". Finalmente, tampoco se ha contemplado el impacto emocional en
la pareja y su entorno en relación a la presentación de una patología fetal
detectada tardíamente o no detectada
prenatalmente asociada a pronóstico adverso como discapacidad, o a inviabilidad
posnatal.
A pesar de un gran avance en el
campo de la medicina mundial, en general se sigue brindando una evaluación
prenatal típica de hace décadas en vez de la Inversión de la pirámide de base ancha
y que priorice la evaluación precoz en la primera mitad del embarazo versus la tardía.
La medicina fetal es
amplia y con mucha exclusión aún, de considerable debilidad en donde se brinda
este servicio en parte por asumir que las evaluaciones ecográficas de mala calidad son parte de la medicina fetal; sin embargo, la inclusión de esta disciplina en la prevención, predicción, diagnóstico y manejo de complicaciones fetales primarias o secundarias y el valor agregado de "seguridad de normalidad" obtenido con ecografías de calidad y los manejo que éstas permitan logrará un impacto perinatal y social favorable.
Optimizar el control
prenatal e implementar la Medicina Fetal en cada rincón del Perú, es por tanto, una real necesidad……y apostar por reducción de la exclusión
walcasurq, 08 de Mayo del 2013
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